LA IMPORTANCIA DEL MEJOR SUPLENTE

La figura del sexto hombre recibe un tratamiento muy especial en la NBA. Este año, el galardón al mejor jugador que sale del banquillo se lo ha llevado Tyler Herro, de los Miami Heat. Este premio, que se entrega desde 1983, cuenta con nombre propios de primer nivel.

El pasado miércoles, durante el entrenamiento de los Miami Heat, el incombustible Udonis Haslem le entregó a su compañero Tyler Herro el galardón que le coronaba como sexto hombre del año en la NBA. Herro, formado en la universidad de Kentucky y que lleva tres años en la mejor liga del mundo, ha completado una temporada excelente, siendo una de las piezas clave para que los Heat terminaran primeros en la Conferencia Este.

El escolta ha promediado en la fase regular 20,7 puntos, cinco rebotes y cuatro asistencias, disputando 66 encuentros, 56 de ellos como suplente. Sus números los podría haber firmado, perfectamente, cualquier jugador de un quinteto titular de la liga, y es por eso que la figura del sexto hombre es tan preciada en la NBA. El propio Haslem, durante la entrega del premio a su compañero, lo dejaba claro con esta frase: “En la NBA de hoy, honestamente, puedes ser una estrella saliendo del banquillo”. Y un repaso a los ganadores de este premio, instaurado en la temporada 1982-83, da absoluta fe de ello.

BAJO LA BATUTA DE JAMAL Y LOU

El mítico Bobby Jones, de los Sixers, fue el primer ganador de este premio. Su importancia era enorme en aquellos 76ers, como lo demuestra el hecho de que la misma temporada en que Jones se llevó el galardón (1982-83) acabaron proclamándose campeones de la NBA tras barrer a los Lakers en las finales. Los dos siguientes galardones recayeron en otra figura imprescindible, Kevin McHale. El ala pívot de los Boston Celtics es uno de los tres jugadores que lo han ganado por partida doble, junto a Ricky Pierce y a Detlef Schrempf.

 

Solamente un par de jugadores se han llevado el galardón en tres ocasiones. Jamal Crawford lo ganó por primera vez en 2010 cuando vestía la camiseta de los Atlanta Hawks, y sumó dos trofeos más en 2014 y 2016, ya como integrante de Los Angeles Clippers. Poseedor de uno de los crossovers más impactantes de la historia de la liga, Crawford, sin embargo, nunca pudo ganar un anillo. Tampoco ostenta ningún título de campeón de la NBA el otro triple ganador del premio, Lou Williams, que se lo llevó en 2015, cuando jugada en los Toronto Raptors, y por doble partida en su etapa en los Clippers, en 2018 y 2019. El equipo angelino es el más galardonado, con un total de cinco premios, los cuatro que suman entre Crawford y Williams y el conseguido por Montrezl Harrell en 2020.

 

Jamal Crawford
Jamal Crawford

DE MEJOR SEXTO HOMBRE A MVP Y VICEVERSA

Bill Walton y James Harden representan dos casos paradigmáticos sobre la importancia del sexto hombre, ya que ambos se llevaron este galardón y, además, tienen en sus vitrinas el trofeo como mejores jugadores de la fase regular de la liga. Si bien Walton ganó primero el MVP (en 1978) y ocho años más tarde se llevó el sixth man award (en 1986), la barba más famosa de la NBA lo hizo a la inversa: fue elegido mejor sexto hombre en 2012 y, seis temporadas después, se proclamó mejor jugador de la competición.

James Harden
James Harden

UN PREMIO CON POCOS AIRES INTERNACIONALES

De los 40 galardones que se han entregado, solamente cinco veces lo han ganado jugadores no estadounidenses. Al doble reconocimiento del ya mencionado Detlef Schrempf, de nacionalidad alemana, hay que sumarle tres nombres más: el croata Toni Kukoc en 1996, el brasileño Leandro Barbosa en 2007 y el argentino Manu Ginobili en 2008. Dos europeos y dos sudamericanos son, por lo tanto, los únicos que se han podido colar hasta el momento en este selecto grupo de jugadores.

Entre los 13 finalistas al premio ganado por Herro este año, aparecen solamente dos europeos: Bogdan Bogdanovic, escolta serbio de los Atlanta Hawks; y Maxi Kleber, ala pívot alemán de los Dallas Mavericks. Una situación que muestra claramente que los jugadores internacionales en la NBA tienen dos roles bastante bien definidos: o son titulares indiscutibles en sus equipos, o su rol es secundario en los banquillos. El término medio, en este caso, brilla por su ausencia.

Manu Ginóbili y Toni Kukoč
Manu Ginóbili y Toni Kukoč

– Akaw Sports

mayo 3, 2022

EL FENÓMENO JA

Es el líder de unos Grizzlies que están sorprendiendo a todo el mundo, ha sido elegido Jugador Más Mejorado de la liga y combina espectáculo con efectividad. Ja Morant forma parte de la élite de la NBA por méritos propios.

 

La noche del pasado miércoles, alguien voló literalmente en el FedEx Forum de Memphis. Y el que mejor lo vio (y peor lo pasó) fue Malik Beasley. El base de los Minnesota Timberwolves fue literalmente arrollado por un Ja Morant que firmó un mate impresionante, quizás el mejor de la temporada. Los Grizzlies remontaron un partido que tenían muy cuesta arriba con Ja anotando 30 puntos, incluidos los 13 últimos de su equipo, y protagonizando además la canasta ganadora. Morant demostró, una vez más, que es una estrella ya consolidada en el Olimpo NBA. Un jugador capaz de ofrecer espectáculo y efectividad a partes iguales.

 

UNA SEMANA REDONDA

Tres días más tarde, los Grizzlies volverían a ganar a los Wolves para certificar el pase a las semifinales de la Conferencia Oeste, cerrando una semana mágica que había empezado con un galardón individual para Ja. El lunes, había sido elegido Jugador Más Mejorado de la NBA, el premio que la liga entrega desde la temporada 1985-86 y que ha recaído históricamente en nombres tan ilustres como Tracy McGrady, Gilbert Arenas, Zach Randolph, Kevin Love, Paul George, Jimmy Butler o Giannis Antetokounmpo entre otros.

Morant sumó 221 puntos para llevarse el galardón, superando de manera bastante clara al segundo clasificado, Dejounte Murray, el base de los San Antonio Spurs que también ha protagonizado una temporada espectacular. Darius Garland, el base de los Cleveland Cavaliers, finalizó tercero. Un podio copado totalmente por directores de juego. La anécdota la protagonizó el propio Morant, cuando decidió “regalar” el premio a su compañero de equipo, Desmond Bane, al considerar que merecía más el galardón que él mismo.

Ja, que jugó su primer All-Star como titular esta temporada, ha firmado unos números de estrella en la fase regular: 27,4 puntos, 6,7 asistencias y 5,7 rebotes en 57 partidos disputados. El base de Memphis ha llegado a los 40 puntos en seis ocasiones, cuando en sus dos primeras temporadas en la liga solamente lo había logrado una vez. De hecho, fue capaz de anotar 46 puntos contra los Bulls el 26 de febrero y, dos días más tarde, 52 puntos contra los Spurs, estableciendo de este modo el récord de anotación de los Grizzlies en un solo partido de la temporada regular en dos partidos consecutivos. Además, ha sido nombrado Jugador de la Semana de la Conferencia Oeste dos semanas seguidas, las del 3 y el 10 de enero.

Ja Morant
Ja Morant

DE ROOKIE DEL AÑO A LAS QUINIELAS POR EL MVP

Ante tales números y tal trascendencia de juego, es normal que el nombre de Ja se haya colado en la lista de candidatos a mejor jugador de la fase regular. Morant, que ha liderado a unos Grizzlies espectaculares (terminaron segundos en la regular season), ha estado en el top 10 de aspirantes al MVP buena parte de la temporada y, aunque las posibilidades de llevarse el galardón siempre han sido remotas, su inclusión en la lista lo catapulta como serio candidato en los años venideros. Y es que, con tan solo 22 años y tres temporadas en la liga, su ascenso sigue siendo meteórico, por lo que su techo está todavía muy lejos.

Morant fue elegido en la segunda posición del draft de 2019 por la franquicia de Memphis, solamente por detrás de Zion Williamson. Esa misma temporada, fue elegido rookie del año con un resultado devastador: de los 100 votos otorgados para la primera posición, obtuvo 99. Era la segunda vez que un jugador de los Grizzlies ganaba el prestigioso galardón, después de que Pau Gasol lo consiguiera en la temporada 2001-2002. Un repaso a las 20 mejores jugadas de su temporada de novato sirve para constatar que el premio fue más que merecido: una explosión de mates, crossovers, asistencias mágicas y espectáculo, mucho espectáculo.

 

UN MERECIDO RECONOCIMIENTO

Ja es una estrella consolidada, pero hace seis años la situación era muy distinta. Al salir del instituto, no estaba en las listas de los mejores reclutadores. De hecho, la universidad de Murray State se fijó en él por accidente. El asistente del equipo, James Krane, lo descubrió de manera fortuita cuando estaba asistiendo a un campamento para ver a otro jugador. De camino a buscar un bocadillo, Kane escuchó el ruido de un balón de baloncesto en un gimnasio, lejos del bullicio principal. Le entró curiosidad y entró. Allí vio por primera vez a Morant, que estaba jugando un tres contra tres. Después de observarlo durante cinco minutos, se olvidó del hambre que tenía y corrió a llamar al entrenador, Matt McMahon. Y es así cómo un encuentro inesperado se convirtió en una bendición para Morant y para Murray State.

El 1 de mayo, Ja compartió un tweet del periodista Ben Stinar de julio de 2021, en el que recordaba que el base de los Grizzlies no llamó la atención de nadie cuando estaba en el instituto de Crestwood. Stinar culminaba el tweet con esta frase: “Nunca dejes que alguien más determine tu valor…”. La búsqueda de un bocadillo y el ruido de un balón en un gimnasio fueron suficientes para que el talento venciera a la ignorancia.

 

– Akaw Sports

EL MÁS LISTO DEFENDIENDO

Marcus Smart ha sido elegido mejor defensor de la temporada regular en la NBA. Es el segundo base que lo consigue en toda la historia del galardón, que ha sido dominado de manera hegemónica por los pívots

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El pasado 19 de abril se vivió una mini fiesta en el Auerbach Center, el pabellón de entrenamiento de los Celtics. El coach de Boston, Ime Udoka, le daba un empujoncito a Marcus Smart para que entrara en la pista y se dejara querer por sus compañeros y por los trabajadores del club, que le recibieron con una sonora ovación. Acababa de ser nombrado mejor defensor de la liga regular. Allí le esperaba el mítico Gary Payton, que ostentaba hasta entonces el honor de ser el único base en ganar este galardón, en la temporada 1995-96. “El Guante” fue el encargado de entregarle el premio, un relevo simbólico que rompía con 25 temporadas sin ningún director de juego como mejor defensor de la liga.

Si echamos un vistazo a la lista de los Defensive Player of the Year a lo largo de la historia, vemos que está ampliamente dominada por los jugadores interiores. La espectacularidad de los tapones y de las acciones de corpulencia física otorga a los pívots una mayor posibilidad de ganar este premio. Pero, a veces, jugadores como Payton y Smart demuestran que los “pequeños” pueden tener un impacto igual o mayor a los gigantes de la pista.

 

LOS ESPECIALISTAS DEL ROBO

El premio se empezó a entregar en la temporada 1982-83, y desde entonces han sido 40 los trofeos otorgados. De ellos, 25 han recaído en manos de pívots puros (centers); 8 han ido a parar a escoltas/aleros (shooting guards/small forwards); 5 han sido para ala-pívots (power forwards); y solamente dos para bases (point guards), los casos de Payton y Smart ya comentados.

La hegemonía de los hombres altos es, pues, evidente, aunque sorprende que los primeros galardones fueran a parar, casi de manera íntegra, a jugadores de una talla menor. De los seis premios iniciales, cinco fueron para escoltas. La sorpresa deja de ser tan grande cuando vemos cuáles son esos nombres: Sidney Moncrief en dos ocasiones —los dos primeros premios otorgados—, Alvin Robertson, Michael Cooper y Michael Jordan. Los cuatro jugadores poseían una cualidad muy destacada: tenían una enorme facilidad para robar el balón. A ello, añadían una capacidad física que les permitía salir rápido al contraataque después del robo de pelota, provocando que su juego fuera muy vistoso y atractivo. El ejemplo paradigmático de la importancia de estos “carteristas” es el robo de Jordan a Malone en el definitivo partido de la final de 1998, considerada como una de las jugadas más icónicas de la historia de la NBA.

 

EL TAMAÑO IMPORTA

Además de los mencionados arriba, solamente otros dos jugadores exteriores se han colado hasta ahora en esta lista de mejores defensores: Metta World Peace —cuando todavía era Ron Artest— en la temporada 2003-2004, y Kawhi Leonard en dos ocasiones (2014-15 y 2015-16). Dennis Rodman, Kevin Garnett, Draymond Green y Giannis Antetokounmpo son los ala-pívots que forman parte de este selecto grupo.

A partir de aquí, todos los nombres son pívots puros y duros. Los más galardonados son Ben Wallace y Dikembe Mutombo, con cuatro trofeos. Y el único en conseguir el galardón durante tres temporadas consecutivas fue Dwight Howard. Aunque la mayoría de los ganadores son de nacionalidad estadounidense, ha habido varios premios a jugadores internacionales: los mencionados Mutombo y Antetokounmpo, Hakeem Olajuwon, Marc Gasol, Joakim Noah y Rudy Gobert.

La media de altura de todos los pívots de la lista es de 2 metros y 13 centímetros: en esta ocasión, el tamaño cuenta, y mucho. Y la capacidad para poner tapones, por supuesto. Sirva como ejemplo paradigmático el célebre Not in my house de Dikembe Mutombo, cuando el pívot congoleño hacía el signo de negar con el dedo índice después de colocar un buen gorro al rival. Un gesto que muchos imitaron posteriormente, pero sin duda el mejor en replicarlo fue Michael Jordan, cuando machacó en la cara de Mutombo y le devolvió su propio signo para vengarse de las palabras del pívot, que se había vanagloriado de no haber permitido nunca un mate de Air Jordan en su presencia. Un “pique” entre integrantes del selecto grupo de defensores del año. Una de esas historias que hacen tan grande a la NBA.

File:Marc Gasol backs in to Blake Griffin 20131118 Clippers v Grizzles (cropped).jpg

 

– Akaw Sports

TAN LONGEVO COMO LA NBA

Kareem Abdul-Jabbar acaba de cumplir 75 años, los mismos que tiene la mejor liga de baloncesto del mundo. Dos vidas paralelas que no se entienden la una sin la otra

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El 16 de abril de 1947, en el barrio neoyorquino de Harlem, nació Ferdinand Lewis Alcindor Junior, más conocido como Lew Alcindor y, sobre todo, como Kareem Adbul-Jabbar. Diez meses antes, también en Nueva York, se había fundado la Basketball Association of America (BAA), germen de la National Basketball Association (NBA). Dos nacimientos ocurridos en la Gran Manzana y de los cuales celebramos actualmente el 75° aniversario. Una historia de vidas paralelas que siguen estando muy enlazadas, como demuestra un tweet que publicó pocos días antes de su cumpleaños: “Todavía me estoy haciendo a la idea de que soy tan viejo como la liga”.

 

UNA DE LAS CARAS VISIBLES DE LA NBA

Abdul-Jabbar, todavía máximo anotador de la historia, ha sido siempre una de las caras visibles de la NBA, y la celebración del 75° aniversario de la liga no fue una excepción. En el vídeo promocional para conmemorar el acontecimiento, en una de las secuencias del corto —alrededor de los 43 segundos—, Kareem aparece sentado en una enorme silla de madera, en posición cuasi mayestática, lo que señala la importancia que tiene en el imaginario simbólico de la mejor liga del planeta. El legendario exjugador de Bucks y Lakers le da instrucciones a Dirk Nowitzki para que el alemán pueda imitarle con su lanzamiento marca de la casa, el mítico Sky Hook, considerado por muchos el movimiento más imparable de la historia. La aureola mítica del “Gancho del Cielo” es muy grande, y la leyenda baloncestística reza que solamente Wilt Chamberlain fue capaz de taponar a Kareem dos veces consecutivas en una misma jugada.

File:Press conference announcing Lakers' signing Kareem Abdul-Jabbar.jpgKareem Abdul-Jabbar

 

REFERENTE EN LA LUCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS

Kareem es un reconocido luchador por los derechos sociales, y la NBA siempre lo ha considerado uno de los grandes referentes en este campo. Abdul-Jabbar ha sido un defensor de la inclusión desde su juventud, sobre todo desde que a los 17 años conoció a Martin Luther King Jr. y su mensaje le inspiró, comprometiéndose a utilizar su influencia como atleta visible para comprometerse en cuestiones sociales de importancia.  Asistió a la Cumbre de Cleveland de 1967, donde Bill Russell, Jim Brown y otros destacados atletas afroamericanos se reunieron para discutir la negativa de Muhammad Ali a servir en la guerra de Vietnam.  El mítico pívot ha seguido promoviendo la igualdad y combatiendo la discriminación en las décadas transcurridas desde su retirada del baloncesto, y en 2016 Barack Obama le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil del país.

En mayo de 2021, la NBA decidió crear un galardón con su nombre, el “Kareem Abdul-Jabbar Social Justice Award”, que se entrega a un jugador en activo que lleve a cabo esfuerzos por la justicia social y que mantenga los valores de igualdad, respeto e inclusión que la liga ha mantenido durante décadas. El primer premiado fue Carmelo Anthony, quien lo recibió el pasado 3 de abril en una ceremonia celebrada en el pabellón de Los Angeles Lakers. “Melo” publicó un post en Twitter en el que incidía en la necesidad de seguir el camino impulsado por Kareem: “Muchos hombres antes que yo han marcado la pauta de cómo los atletas pueden comprometerse, empoderar e impulsar la igualdad. Yo simplemente estoy haciendo mi parte. Me siento más que humilde al ser reconocido con un honor tan grande”.

LeBron James y Carmelo Anthony

 

LAS POLÉMICAS CON LEBRON

Una de las características de Kareem es su posicionamiento constante sobre temas y personas de relevancia, y por eso la NBA lo tiene como referencia. Pero, a veces, sus palabras pueden adquirir tonos duros y contundentes. LeBron James lo sabe bien, ya que ha sido objetivo de señalamientos por parte de Kareem, sobre todo por su tibio compromiso en la vacunación contra la covid-19. Abdul-Jabbar escribió un artículo  en diciembre del año pasado criticando la pasividad de la estrella de los Lakers, culminando el texto con este potente mensaje: “Si bien LeBron es una voz necesaria y dinámica que critica la brutalidad policial contra la comunidad negra, tiene que ser el mismo defensor necesario y dinámico con las vacunas, que podrían salvar miles de vidas negras ahora mismo. El racismo es igual de real —e igual de letal— en ambos casos”.

El mismo día de la entrega del galardón a Carmelo Anthony, Kareem calificó algunas de las acciones de LeBron como «vergonzosas» y «por debajo de él», pero al día siguiente mandó un correo al periódico Los Angeles Times para pedir perdón y matizar sus comentarios, señalando que su respeto y admiración por LeBron “no ha hecho más que crecer al verle defender causas que merecen la pena, al tiempo que mantiene su estatus de deportista de élite”, y añadiendo que en alguna ocasión lo ha reprendido por no defender y apoyar a la comunidad, pero que lo hizo “con el espíritu de un hermano mayor cariñoso que ofrece orientación”, por lo que cuando dijo que “había hecho algunas cosas de las que debería avergonzarse, no era un insulto, ni una puñalada, ni siquiera un movimiento de dedos, sino que estaba recapitulando algunas de las cosas que había dicho en el pasado”. Kareem se mostraba tajante al final: “LeBron es lo suficientemente fuerte y amable como para entender que sólo tengo amor por él en mi corazón”.

 

Abdul-Jabbar y LeBron
Abdul-Jabbar y LeBron

Parece, pues, que las aguas vuelven a su cauce. Cuando LeBron, posiblemente, termine superando a Abdul-Jabbar como máximo anotador de la historia, la NBA tendrá la foto que desea y los espectadores la reconciliación entre dos de los más grandes deportistas y activistas de su historia.

 

– Akaw Sports

¿CUÁL ES EL TECHO DE JOKIC?

El pívot serbio de los Nuggets se ha convertido en el primer jugador de la historia de la NBA en llegar a los 2.000 puntos, 1.000 rebotes y 500 asistencias en una sola temporada

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El pasado viernes fue un día grande en Denver. Gracias a la victoria contra los Grizzlies, los Nuggets se aseguraron la clasificación para los playoffs de la NBA por cuarta vez consecutiva. Un logro muy meritorio, teniendo en cuenta que no han podido contar con dos de sus grandes baluartes, Jamal Murray y Michael Porter Jr.
Pero la victoria, a pesar de ser tan relevante, quedó opacada por otro logro individual de su gran estrella, Nikola Jokic. El serbio se convirtió en el primer jugador de la historia en alcanzar los 2.000 puntos, los 1.000 rebotes y las 500 asistencias en una misma temporada. Cuando faltaban 3 minutos y 19 segundos para que finalizara el encuentro, Mike Malone, el entrenador de los Nuggets, lo cambió para que pudiera recibir la ovación de los más de 19.500 espectadores que llenaban el Ball Arena. Malone abrazó al serbio, y los compañeros, uno tras otro, le mostraron su admiración. Jornada redonda en la capital de Colorado.

 

NI CHAMBERLAIN PUDO HACERLO

Ni el mismísimo Wilt Chamberlain, capaz de lograr récords numéricos impresionantes, pudo alcanzar esta triple combinación mágica. En la temporada 1967-68, Chamberlain se quedó a tan solo ocho puntos de lograrlo, acabando la fase regular con 1.992 puntos, 1.952 rebotes y 702 asistencias. Otro mito del baloncesto, Oscar Robertson, se quedó a 15 rebotes de alcanzar este hito en la temporada 1961-62, en la que acabó con 2.432 puntos, 985 rebotes y 899 asistencias. Hay que remontarse a la temporada 2003-2004 para encontrar una combinación que se acerque a los guarismos conseguidos por Jokic, cuando Kevin Garnett finalizó la fase regular con 1.987 puntos, 1.139 rebotes y 409 asistencias.

Entre los jugadores en activo, solamente Russell Westbrook es capaz de presentar una temporada con números similares, muy parecidos a los de Oscar Robertson: 2.558 puntos, 864 rebotes y 840 asistencias en 2016-17, promediando un triple doble. Cabe decir que esta triple estadística de Westbrook abrió estos días un interesante debate en Twitter, ya que algunos internautas consideraron este hito más relevante que el conseguido por Jokic. En nuestra era, en la que las estadísticas están presentes por doquier, adquiere más fuerza que nunca la expresión de Joan Manuel Serrat: contra gustos no hay disputas.

 

Russell Westbrook, Wilt Chamberlain, Kevin Garnett, Oscar Robertson
Russell Westbrook, Wilt Chamberlain, Kevin Garnett, Oscar Robertson

A REPETIR EL MVP

El momento para conseguir este éxito estadístico es perfecto, ya que ha supuesto un empujón a sus aspiraciones a reeditar el título de mejor jugador de la fase regular. Jokic, que logró ganar el galardón la temporada pasada, sigue liderando el ranking provisional, por delante de otros dos jugadores no estadounidenses: Giannis Antetokounmpo y Joel Embiid. De hecho, en los rankings semanales que definen la lucha por el MVP, el pívot balcánico es, de largo, el que más veces aparece en la primera posición, un total de nueve ocasiones. Y desde el parón del All Star, en febrero, ha liderado el ranking en seis de las siete semanas.

Jokic, que temporada tras temporada consigue ampliar su número de triples dobles (ninguno en su temporada de rookie, seis en la 2016-17, 10 en la 2017-18, 12 en la 2018-19, 13 en la 2019-20, 16 en la 2020-21 y 19 en la actual), tiene la oportunidad de convertirse en el segundo europeo en ganar dos MVPs seguidos. Curiosamente, el primero en lograrlo, Giannis Antetokounmpo, lo hizo en las dos temporadas previas al primer MVP del serbio. La NBA podría estar viendo cómo en cuatro años consecutivos su mejor jugador es europeo. ¿Cuándo saldremos de dudas? En junio, después de las Finales.

 

Nikola Jokic, Giannis Antetokounmpo y Joel Embiid


– Akaw Sports

COACH K YA ES LEYENDA

La carrera de Mike Krzyzewski como entrenador llega a su fin. Su trayectoria, tanto en la liga universitaria como en la selección estadounidense, está llena de éxitos incontestables.

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El Caesars Superdome de Nueva Orleans fue testigo el pasado sábado del último partido como entrenador de Mike Krzyzewski. Duke perdió en semifinales de la Final Four de la NCAA contra North Carolina, y Coach K se sentó por última vez en el banquillo. Atrás queda un legado impresionante, tanto en los Blue Devils como en la selección masculina de Estados Unidos. Sus números respaldan una trayectoria única y lo consolidan como uno de los entrenadores más grandes de la historia. Y todo ello sin haber pasado nunca por la NBA.

 

EL IDILIO CON DUKE

Fue en marzo de 1980 cuando Krzyzewski se convirtió en entrenador de la Universidad de Duke, cargo que ha ocupado de manera ininterrumpida desde entonces. Los cantos de sirena de la NBA, que le llegaron al menos en cinco ocasiones, siempre fueron rechazados. El compromiso con los Blue Devils ha sido siempre inquebrantable, y los logros son indiscutibles.

Con Coach K, Duke ha ganado cinco títulos de la NCAA. Solamente John Wooden, el mítico entrenador de UCLA, le supera en este apartado, con un total de 10 campeonatos. Krzyzewski es, además, el entrenador con más victorias en la historia de la liga universitaria y el que más apariciones en una Final Four atesora, un total de 13.

Los títulos con los Blue Devils abarcan un hilo temporal de 25 años, desde el primero en 1991 hasta el último en 2015. En medio, los campeonatos de 1992, 2001 y 2010. Desde que inició su trayectoria con Duke, un total de 68 jugadores han sido seleccionados en el draft de la NBA, 42 de ellos en primera ronda, y muchos acabaron convirtiéndose en estrellas de la liga. De hecho, tres de sus discípulos fueron número 1 del draft: Elton Brand en 1999, Kyrie Irving en 2011 y Zion Williamson en 2019. Jugadores como Grant Hill, Shane Battier, JJ Redick o Christian Laettner fueron moldeados por Krzyzewski. En la actualidad, nada más y nada menos que 22 jugadores de Duke están en la NBA, con nombres tan notables como los ya mencionados Irving y Williamson, Jayson Tatum, Brandon Ingram, RJ Barrett, Seth Curry, Gary Trent Jr., Austin Rivers, Luke Kennard o Rodney Hood entre otros.

 

UNA TRAYECTORIA CASI IMPECABLE CON USA

Coach K también es conocido por haber logrado grandes éxitos con la selección masculina estadounidense. La trayectoria con el Team USA es casi inmaculada, con 75 victorias en 76 partido. Es el único técnico en haber logrado tres medallas de oro olímpicas consecutivas (Pequín 2008, Londres 2012 y Rio 2016), y fue el primero en ganar dos Mundiales seguidos, el 2010 en Turquía y el 2014 en España. Este último título fue muy especial, ya que fue protagonizado por el equipo estadounidense más joven desde que se empezaron a utilizar jugadores NBA y, a pesar de ello, se llevó el oro de manera incontestable: 9 triunfos en 9 partidos, con un margen de victoria medio de 33 puntos.

Antes de ser entrenador principal, Krzyzewski ejerció como asistente, siendo testigo de la profesionalización del Team USA. Fue el ayudante de Bobby Knight en el equipo que se colgó el oro en Los Angeles 1984, la última escuadra amateur estadounidense en proclamarse campeona olímpica, con nombres tan importantes como Michael Jordan, Pat Ewing, Sam Perkins, Chris Mullin o Wayman Tisdale. Y ocho años más tarde, como segundo de Chuck Daly, vio cómo el Dream Team, primer equipo con jugadores NBA de la historia, se proclamaba campeón olímpico en Barcelona.

 

File:Mike Krzyzewski 2012.jpg - Wikimedia Commons

Coach K deja un legado impresionante, al que se pueden añadir otras distinciones, como su presencia en el Naismith Basketball Hall of Fame (por partida doble: en 2001 por su carrera individual y en 2011 como miembro del Dream Team) y en el National Collegiate Basketball Hall of Fame (2006). Una leyenda que se autodefinió de esta manera: “No me veo a mí mismo como un entrenador de baloncesto. Me veo a mí mismo como un líder que resulta ser entrenador de baloncesto”.

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EL RÉCORD INALCANZABLE DE WILT

Este mes de marzo, la NBA está siendo testigo de múltiples anotaciones individuales de 50 o más puntos, algo que no ocurría desde hacía mucho tiempo. Hacemos un repaso histórico a las explosiones anotadoras, con especial hincapié en la racha extraterrestre de Wilt Chamberlain

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Del 5 al 17 de marzo, la NBA fue protagonista de una explosión anotadora que hacía mucho tiempo que no se producía. Lebron James abrió el tarro de las esencias contra los Warriors, anotando 56 puntos. Al día siguiente, Jayson Tatum se fue hasta los 54 en el partido que los Celtics disputaron ante los Nets. Dos días más tarde fue un jugador de Brooklyn, Kyrie Irving, el que se elevó hasta el medio centenar de puntos, y LeBron le imitó tres días después. Un par de noches más tarde, Kevin Durant anotó 53 puntos contra los Knicks. Y los días 14 y 15 fueron testigos de dos actuaciones de 60 puntos exactos: la de Karl-Anthony Towns contra los Spurs y la de Kyrie Irving ante Orlando. Cerraría esta racha compulsiva Saddiq Bey dos días más tarde, anotando 51 puntos también contra los Magic. En resumen: ocho partidos con seis jugadores anotando 50 puntos o más, y con dos de ellos yéndose hasta los 60.

A partir de entonces, las anotaciones volvieron a la normalidad, como si la onda expansiva hubiese sido muy pequeña (solamente Devin Booker, con 49 puntos el día 25, se acercó al medio centenar). Pero esa racha está valiendo para que marzo se coloque entre los meses de la historia con más actuaciones individuales de 50 o más puntos. Hay que remontarse a diciembre de 1962 para encontrar un mes parecido, cuando Wilt Chamberlain firmó seis partidos con medio centenar o más de puntos y Elgin Baylor tres: en total, nueve actuaciones para el recuerdo.

 

LOS REYES DEL MEDIO CENTENAR

De los jugadores en activo, James Harden es el que atesora más partidos con 50 puntos o más, un total de 23 hasta la fecha. Lejos quedan LeBron James, con 14, y Damian Lillard, con 12. La barba más famosa de la NBA es, además, el último jugador en firmar dos partidos consecutivos alcanzando esos guarismos: lo logró en diciembre de 2007, cuando metió 51 puntos contra los Lakers y los Clippers respectivamente.

 

File:James Harden (Rockets at Wizards 11-7-16).jpg - Wikimedia Commons

Solamente hay tres jugadores por encima de Harden en actuaciones individuales de medio centenar o más de puntos. Kobe Bryant lo hizo en 25 ocasiones, y fue capaz de lograrlo durante cuatro partidos consecutivos en marzo de 2007, con unos números que marean: 65 puntos el día 16, 50 el día 17, 60 el día 22 y 50 el día 23. Una auténtica proeza, más teniendo en cuenta que en el partido siguiente a la racha metió 43 puntos contra los Warriors.

Michael Jordan es el segundo en la lista, con 31 partidos con 50 o más puntos. Además, es el jugador que más actuaciones de medio centenar o más de puntos ha firmado en los playoffs, un total de ocho, siendo además el único en lograrlo en dos partidos consecutivos.

 

File:Kobe Bryant Washington Full.jpg - Wikimedia Commons

A WILT NO HAY QUIEN LE TOSA

118 partidos con 50 o más puntos. Wilt Chamberlain casi cuadruplica a Michael Jordan en esta estadística. Un récord que parece inalcanzable, a no ser que algún extraterrestre o robot se encarguen de romperlo. Si se echa un vistazo pormenorizado a esta proeza, encontramos que anotó 50 o más puntos en siete partidos consecutivos; que, en los meses de diciembre de 1961 y enero de 1962, firmó 13 encuentros llegando o superando el medio centenar de puntos; que lo hizo nueve veces en febrero de 1962, ocho en noviembre de 1962 y seis en diciembre del mismo año; y que, de esos 118 partidos, 32 fueron llegando o superando los 60 puntos. Una auténtica locura, teniendo en cuenta que el segundo en la lista es Kobe Bryant con seis.

Kobe y Wilt tienen el honor de ser los dos jugadores que más puntos han anotado en un partido. Wilt ostenta la legendaria cifra del centenar de puntos, mientras que la ‘Mamba Negra’ logró 81. Cifras que marean y que demuestran la firme apuesta de la NBA por las altas anotaciones. Un dato ejemplifica la situación: hay 12 jugadores en activo que han sido capaces de llegar o superar los 60 puntos en un partido. El presente y futuro de la NBA parece estar en buenas (y anotadoras compulsivas) manos.

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Y “EL REY” ADELANTÓ AL “CARTERO”

En Washington, LeBron James consiguió superar a Karl Malone y ya es el segundo máximo anotador de la historia de la NBA. Por delante solamente queda otro mito de los Lakers: Kareem Abdul-Jabbar

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Los Lakers son, ahora mismo, una caricatura de equipo. Después de haber ganado en la difícil pista de los Raptors, llegaban a Washington con la posibilidad de encadenar dos victorias consecutivas, algo que no lograban desde hacía dos meses y medio. Pero los angelinos dejaron escapar una ventaja de 16 puntos y acabaron perdiendo el partido. El pesimismo sigue apoderado del equipo, y parece que el único consuelo es ver cómo LeBron sigue acumulando proezas estadísticas.

En este mes de marzo, James ya había logrado un par de récords: anotó 50 puntos o más en dos partidos, algo inédito para un jugador mayor de 35 años; y se convirtió en el primero de la historia con 30.000 puntos, 10.000 rebotes y 10.000 asistencias. En el mes anterior, concretamente el 12 de febrero, se coronó máximo anotador de la historia contando liga regular y playoffs, una estadística que, para muchos, tendría que ser la más relevante. Y durante el partido mencionado en Washington, se convirtió, con esta canasta, en el segundo máximo anotador de la liga regular, superando a Karl Malone. Después del encuentro, Carmelo Anthony declaró que cuando era pequeño miraba la lista de líderes anotadores y pensaba que nadie podría alcanzar nunca al “Cartero” ni a Kareem Abdul-Jabbar. Su propio compañero se encargó de romper la primera parte de la frase, y ahora quiere acabar también con la segunda.

FOTO LEBRON I MALONE ARTICLE NBA 21 MARÇ 2022

LeBron, que entre otros innumerables récords posee el de ser el jugador más joven en alcanzar todas las marcas de 1.000 puntos —desde los 1.000 hasta los 36.000—, tiene solamente a Jabbar mirándole por el retrovisor. El mítico pívot, poseedor de uno de los lanzamientos más imparables de la historia, el famoso Sky Hook, logró 38.387 puntos durante su carrera, con una anécdota muy curiosa: solamente anotó este triple en sus 20 años de trayectoria.

Muchas son las proyecciones que se han hecho estos días para saber cuándo James podría alcanzar a Kareem, y hay una teoría bastante mayoritaria: si las lesiones lo permiten y sigue manteniendo los promedios de anotación actuales, este logro podría llegar en marzo del año que viene. Ciencia ficción ahora mismo, pero con LeBron nada es descartable.

 

De momento, los Lakers tendrán que seguir remando para mantener una de las posiciones que dan acceso al Play-In e intentar luchar por un anillo que, ahora mismo, parece inalcanzable. Los de Los Angeles están viviendo en sus propias carnes la definición de agridulce: mientras “El Rey” agranda su leyenda, el equipo se desvanece en un mar de dudas y derrotas. Las temporadas-homenaje no suelen acabar bien.

– Akaw Sports

UN MVP MUY INTERNACIONAL

La lucha por ser el mejor jugador de la fase regular sigue encabezada por Jokic, Embiid y Antetokounmpo, tres jugadores no estadounidenses, confirmando la internacionalización del Olimpo de la NBA

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Cada semana, la NBA hace pública la clasificación provisional para elegir al mejor jugador de la fase regular. Las actuaciones puntuales de los implicados en la lucha provocan subidas y bajadas en el ranking, por lo que el seguimiento nunca pierde el interés. A pesar de esta imprevisibilidad, en los últimos años hay un patrón que se repite: la contundente presencia de jugadores internacionales copando las posiciones más altas.

Ya hace bastante tiempo que la importancia de los jugadores no estadounidenses en la liga está consolidada, como lo demuestra un dato: en las últimas ocho temporadas, siempre ha habido más de 100 jugadores internacionales en la competición, con un récord de 113 en la 2016-17. Pero más allá de la importancia de estos números, que se basan en un análisis cuantitativo, es interesante resaltar el aspecto cualitativo. Una gran parte de estos baloncestistas son estrellas en sus equipos, por lo que su presencia en los rankings del MVP está más que justificada. Y esta tendencia, sobre todo en las últimas tres temporadas, va en aumento.

 

OLAJUWON ABRE EL CAMINO, NASH Y NOWITZKI LO CONSOLIDAN
OLAJUWON ABRE EL CAMINO, NASH Y NOWITZKI LO CONSOLIDAN

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En la temporada 1993-94 se vivió un momento sin precedentes, cuando Hakeem Olajuwon, el pívot de los Houston Rockets, se convirtió en el primer jugador no estadounidense de la historia en ganar el MVP. Y lo hizo, además, siendo el único internacional en el ranking de los más votados. Después de esa inédita situación, vino una larga travesía por el desierto que fue cortada de raíz por Steve Nash y Dirk Nowitzki. Ambos jugadores se repartieron el MVP en tres temporadas consecutivas: dos el canadiense (2004-05 y 2005-06) y una el alemán (2006-07). Y en esas tres ocasiones, solamente ellos dos —y Tony Parker un par de veces— aparecieron en la lista de los más votados no siendo estadounidenses.

En los años sucesivos, estos tres nombres irán apareciendo de manera intermitente en los rankings para ser el MVP, y a ellos se añadirán otros jugadores internacionales como Yao Ming, Marc Gasol o Goran Dragic, pero ninguno de ellos con posibilidades reales de llevarse el galardón.

 

GIANNIS Y JOKIC ABANDERAN LA REVOLUCIÓN
GIANNIS Y JOKIC ABANDERAN LA REVOLUCIÓN

Es a partir de la temporada 2016-17, sobre todo con la explosión de Giannis Antetokounmpo, cuando las cosas empiezan a cambiar. El griego acaba séptimo en la clasificación del jugador más valioso de esa temporada, y sexto en la posterior, la 2017-18. Apenas un año más tarde, en la 2018-19, llega la consagración: Anteto se hace con el MVP, y en la lista definitiva asoman el serbio Nikola Jokic en la cuarta posición, el camerunés Joel Embiid en la séptima y el francés Rudy Gobert en la onceava. Un año más tarde (2019-20), Giannis repite la gesta llevándose su segundo MVP, y le acompañan en la clasificación definitiva el esloveno Luka Doncic (cuarto), Jokic (noveno) y el camerunés Pascal Siakam (décimo).

La temporada 2020-21 confirma la revolución, con una clasificación dominada claramente por los jugadores internacionales. Nikola Jokic se lleva el MVP, Embiid acaba segundo, Antetokounmpo cuarto, Doncic sexto, Gobert décimo y el australiano Ben Simmons duodécimo. Seis de los quince primeros clasificados no son estadounidenses.

Y llegamos a la actual temporada, con los rankings actualizándose cada semana y con una tendencia clara y cristalina en los últimos meses: el top 3 copado casi siempre por Jokic, Embiid y Antetokounmpo. Si durante las primeras semanas asomaban nombres de estadounidense como Stephen Curry, Kevin Durant, DeMar DeRozan o Jimmy Butler, desde hace dos meses el podio se lo disputan el serbio, el griego y el camerunés, sin que ningún otro jugador entre en ese Top 3. Y entre los 15 primeros, sacan la cabeza también Doncic y Gobert.

Si esta tendencia se acaba consolidando, parece bastante probable que el mejor jugador de la fase regular vuelva a ser internacional. Sería el cuarto MVP consecutivo de un no estadounidense, superando aquella mítica trilogía Nash-Nowitzki y abriendo el camino a que en el futuro se pueda ampliar esta racha, teniendo en cuenta que Luka Doncic también está metido en la tesitura. Los aires internacionales le sientan muy bien a la NBA.

– Akaw Sports

EL NUEVO ALL-STAR GAME SE CONSOLIDA

El cambio de formato, implantado hace cinco temporadas y revisado hace tres, ha conseguido cambiar por completo la fisonomía de un partido que llevaba mucho tiempo decepcionando a los espectadores.

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Nos trasladamos al 11 de febrero pasado. En el programa NBA on TNT, LeBron James y Kevin Durant están escogiendo a los jugadores que formarán parte de sus equipos en el Partido de las Estrellas. La elección llega casi a su fin, quedan solo dos nombres en la lista: el pívot francés Rudy Gobert y James Harden. El turno de elección es para KD. Momento caliente: Harden acaba de salir de los Brooklyn Nets, equipo de Durant, por la puerta de atrás. Y empieza el show: LeBron se tapa la cara con la carpeta negra que tiene en la mano para que no le vean partirse literalmente de risa. Durant, para no tener que escoger a su excompañero, dice que “necesita altura” en su equipo para contrarrestar a Antetokounmpo y al propio LeBron, y elige a Gobert. James ya se ha descubierto la cara y sigue a carcajada limpia. KD continúa serio e impasible como una estatua de mármol. Y en el plató, Kenny Smith, Ernie Johnson, Shaquille O’Neal y Charles Barkley entran al juego, sobre todo este último. Cuando LeBron pregunta si Harden está sano, Barkley suelta esta perla: “¡Le han cambiado, ahora está sano!». En ese instante, hasta Durant se ríe. La elección ya está cerrada, y el espectáculo televisivo nos ha dejado una imagen icónica mucho antes de que el partido se dispute. Una escena representativa que demuestra que el All-Star Game y su nuevo formato, aprobado cinco años atrás y mejorado hace tres temporadas, es un acierto total.

 

LA PACHANGA DE 2017

El 19 de febrero de 2017, Nueva Orleans fue la sede del All-Star. Sería la última vez que veríamos a los equipos divididos por conferencias. Anthony Davis, estrella local, se fue a los 52 puntos, máxima anotación de la historia. Muchos de ellos los hizo con una oposición casi nula. El trote y la apatía defensiva permitieron llegar a los 374 puntos entre ambos equipos. Pero el colmo llegó en una jugada: con 104 a 101 para el Oeste, Giannis Antetokounmpo roba un balón, sale al contraataque y Stephen Curry se tumba en el suelo para dejarlo machacar a placer. La acción, cabe reconocerlo, fue graciosa, pero también se convirtió en la demostración más clara de la falta de competitividad. Se había tocado fondo.

2018: UN CAMBIO NECESARIO

En octubre de 2017, viendo en lo que se estaba convirtiendo el Partido de las Estrellas, la NBA y la asociación de jugadores (NBPA) anunciaron cambios en el formato. La división por conferencias daba paso a otro esquema, en el que los jugadores más votados del Este y del Oeste se convertían en capitanes de los respectivos equipos. Ellos serían los encargados de hacer un pequeño draft para elegir a los compañeros, todos ellos seleccionados según los criterios del método tradicional. LeBron James y Stephen Curry fueron los primeros capitanes, y Los Angeles fue la primera sede de este renovado All-Star Game. La victoria fue para el equipo de James por 148 a 145, en un partido que sí tuvo un mínimo de tensión y se resolvió de manera bastante emocionante. La edición de 2019, disputada en Charlotte, tuvo a LeBron y a Antetokounmpo como capitanes, y se resolvió a favor del primero. El griego y Curry, que habían ejemplificado la pachanga de 2017, estuvieron en el mismo equipo y protagonizaron un alley-oop contundente. Resultado abultado, 178 a 164, pero la emoción volvió a estar presente.

2020: EL CAMBIO DEFINITIVO

La trágica muerte de Kobe Bryant marcó totalmente el All-Star Game de 2020. En su honor, se decidió cambiar nuevamente las reglas del partido: se sumaban las anotaciones de los tres primeros cuartos, y al marcador más alto se le tenían que añadir 24 puntos, en referencia al número de la camiseta de Kobe. El equipo que llegara antes a esa cifra se hacía con la victoria. Una jugada maestra. Desde entonces se han disputado tres Partidos de las Estrellas más, y este aliciente ha servido para mejorar el espectáculo, siendo pocos los que ponen en tela de juicio el formato actual. En la última edición, disputada el 20 de febrero en Cleveland, LeBron —que ha sido capitán y ganador de las cinco ediciones disputadas hasta ahora, además de uno de los grandes artífices del éxito del nuevo formato— dio la victoria a su equipo con una canasta marca de la casa.

 Dicen que, si una cosa funciona, mejor no tocarla. Esperemos que este formato, ya consolidado, dure muchos años más.