EL NUEVO ALL-STAR GAME SE CONSOLIDA

El cambio de formato, implantado hace cinco temporadas y revisado hace tres, ha conseguido cambiar por completo la fisonomía de un partido que llevaba mucho tiempo decepcionando a los espectadores.

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Nos trasladamos al 11 de febrero pasado. En el programa NBA on TNT, LeBron James y Kevin Durant están escogiendo a los jugadores que formarán parte de sus equipos en el Partido de las Estrellas. La elección llega casi a su fin, quedan solo dos nombres en la lista: el pívot francés Rudy Gobert y James Harden. El turno de elección es para KD. Momento caliente: Harden acaba de salir de los Brooklyn Nets, equipo de Durant, por la puerta de atrás. Y empieza el show: LeBron se tapa la cara con la carpeta negra que tiene en la mano para que no le vean partirse literalmente de risa. Durant, para no tener que escoger a su excompañero, dice que “necesita altura” en su equipo para contrarrestar a Antetokounmpo y al propio LeBron, y elige a Gobert. James ya se ha descubierto la cara y sigue a carcajada limpia. KD continúa serio e impasible como una estatua de mármol. Y en el plató, Kenny Smith, Ernie Johnson, Shaquille O’Neal y Charles Barkley entran al juego, sobre todo este último. Cuando LeBron pregunta si Harden está sano, Barkley suelta esta perla: “¡Le han cambiado, ahora está sano!». En ese instante, hasta Durant se ríe. La elección ya está cerrada, y el espectáculo televisivo nos ha dejado una imagen icónica mucho antes de que el partido se dispute. Una escena representativa que demuestra que el All-Star Game y su nuevo formato, aprobado cinco años atrás y mejorado hace tres temporadas, es un acierto total.

 

LA PACHANGA DE 2017

El 19 de febrero de 2017, Nueva Orleans fue la sede del All-Star. Sería la última vez que veríamos a los equipos divididos por conferencias. Anthony Davis, estrella local, se fue a los 52 puntos, máxima anotación de la historia. Muchos de ellos los hizo con una oposición casi nula. El trote y la apatía defensiva permitieron llegar a los 374 puntos entre ambos equipos. Pero el colmo llegó en una jugada: con 104 a 101 para el Oeste, Giannis Antetokounmpo roba un balón, sale al contraataque y Stephen Curry se tumba en el suelo para dejarlo machacar a placer. La acción, cabe reconocerlo, fue graciosa, pero también se convirtió en la demostración más clara de la falta de competitividad. Se había tocado fondo.

2018: UN CAMBIO NECESARIO

En octubre de 2017, viendo en lo que se estaba convirtiendo el Partido de las Estrellas, la NBA y la asociación de jugadores (NBPA) anunciaron cambios en el formato. La división por conferencias daba paso a otro esquema, en el que los jugadores más votados del Este y del Oeste se convertían en capitanes de los respectivos equipos. Ellos serían los encargados de hacer un pequeño draft para elegir a los compañeros, todos ellos seleccionados según los criterios del método tradicional. LeBron James y Stephen Curry fueron los primeros capitanes, y Los Angeles fue la primera sede de este renovado All-Star Game. La victoria fue para el equipo de James por 148 a 145, en un partido que sí tuvo un mínimo de tensión y se resolvió de manera bastante emocionante. La edición de 2019, disputada en Charlotte, tuvo a LeBron y a Antetokounmpo como capitanes, y se resolvió a favor del primero. El griego y Curry, que habían ejemplificado la pachanga de 2017, estuvieron en el mismo equipo y protagonizaron un alley-oop contundente. Resultado abultado, 178 a 164, pero la emoción volvió a estar presente.

2020: EL CAMBIO DEFINITIVO

La trágica muerte de Kobe Bryant marcó totalmente el All-Star Game de 2020. En su honor, se decidió cambiar nuevamente las reglas del partido: se sumaban las anotaciones de los tres primeros cuartos, y al marcador más alto se le tenían que añadir 24 puntos, en referencia al número de la camiseta de Kobe. El equipo que llegara antes a esa cifra se hacía con la victoria. Una jugada maestra. Desde entonces se han disputado tres Partidos de las Estrellas más, y este aliciente ha servido para mejorar el espectáculo, siendo pocos los que ponen en tela de juicio el formato actual. En la última edición, disputada el 20 de febrero en Cleveland, LeBron —que ha sido capitán y ganador de las cinco ediciones disputadas hasta ahora, además de uno de los grandes artífices del éxito del nuevo formato— dio la victoria a su equipo con una canasta marca de la casa.

 Dicen que, si una cosa funciona, mejor no tocarla. Esperemos que este formato, ya consolidado, dure muchos años más.