TAN LONGEVO COMO LA NBA
Kareem Abdul-Jabbar acaba de cumplir 75 años, los mismos que tiene la mejor liga de baloncesto del mundo. Dos vidas paralelas que no se entienden la una sin la otra
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El 16 de abril de 1947, en el barrio neoyorquino de Harlem, nació Ferdinand Lewis Alcindor Junior, más conocido como Lew Alcindor y, sobre todo, como Kareem Adbul-Jabbar. Diez meses antes, también en Nueva York, se había fundado la Basketball Association of America (BAA), germen de la National Basketball Association (NBA). Dos nacimientos ocurridos en la Gran Manzana y de los cuales celebramos actualmente el 75° aniversario. Una historia de vidas paralelas que siguen estando muy enlazadas, como demuestra un tweet que publicó pocos días antes de su cumpleaños: “Todavía me estoy haciendo a la idea de que soy tan viejo como la liga”.
UNA DE LAS CARAS VISIBLES DE LA NBA
Abdul-Jabbar, todavía máximo anotador de la historia, ha sido siempre una de las caras visibles de la NBA, y la celebración del 75° aniversario de la liga no fue una excepción. En el vídeo promocional para conmemorar el acontecimiento, en una de las secuencias del corto —alrededor de los 43 segundos—, Kareem aparece sentado en una enorme silla de madera, en posición cuasi mayestática, lo que señala la importancia que tiene en el imaginario simbólico de la mejor liga del planeta. El legendario exjugador de Bucks y Lakers le da instrucciones a Dirk Nowitzki para que el alemán pueda imitarle con su lanzamiento marca de la casa, el mítico Sky Hook, considerado por muchos el movimiento más imparable de la historia. La aureola mítica del “Gancho del Cielo” es muy grande, y la leyenda baloncestística reza que solamente Wilt Chamberlain fue capaz de taponar a Kareem dos veces consecutivas en una misma jugada.
Kareem Abdul-Jabbar
REFERENTE EN LA LUCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS
Kareem es un reconocido luchador por los derechos sociales, y la NBA siempre lo ha considerado uno de los grandes referentes en este campo. Abdul-Jabbar ha sido un defensor de la inclusión desde su juventud, sobre todo desde que a los 17 años conoció a Martin Luther King Jr. y su mensaje le inspiró, comprometiéndose a utilizar su influencia como atleta visible para comprometerse en cuestiones sociales de importancia. Asistió a la Cumbre de Cleveland de 1967, donde Bill Russell, Jim Brown y otros destacados atletas afroamericanos se reunieron para discutir la negativa de Muhammad Ali a servir en la guerra de Vietnam. El mítico pívot ha seguido promoviendo la igualdad y combatiendo la discriminación en las décadas transcurridas desde su retirada del baloncesto, y en 2016 Barack Obama le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil del país.
En mayo de 2021, la NBA decidió crear un galardón con su nombre, el “Kareem Abdul-Jabbar Social Justice Award”, que se entrega a un jugador en activo que lleve a cabo esfuerzos por la justicia social y que mantenga los valores de igualdad, respeto e inclusión que la liga ha mantenido durante décadas. El primer premiado fue Carmelo Anthony, quien lo recibió el pasado 3 de abril en una ceremonia celebrada en el pabellón de Los Angeles Lakers. “Melo” publicó un post en Twitter en el que incidía en la necesidad de seguir el camino impulsado por Kareem: “Muchos hombres antes que yo han marcado la pauta de cómo los atletas pueden comprometerse, empoderar e impulsar la igualdad. Yo simplemente estoy haciendo mi parte. Me siento más que humilde al ser reconocido con un honor tan grande”.
LeBron James y Carmelo Anthony
LAS POLÉMICAS CON LEBRON
Una de las características de Kareem es su posicionamiento constante sobre temas y personas de relevancia, y por eso la NBA lo tiene como referencia. Pero, a veces, sus palabras pueden adquirir tonos duros y contundentes. LeBron James lo sabe bien, ya que ha sido objetivo de señalamientos por parte de Kareem, sobre todo por su tibio compromiso en la vacunación contra la covid-19. Abdul-Jabbar escribió un artículo en diciembre del año pasado criticando la pasividad de la estrella de los Lakers, culminando el texto con este potente mensaje: “Si bien LeBron es una voz necesaria y dinámica que critica la brutalidad policial contra la comunidad negra, tiene que ser el mismo defensor necesario y dinámico con las vacunas, que podrían salvar miles de vidas negras ahora mismo. El racismo es igual de real —e igual de letal— en ambos casos”.
El mismo día de la entrega del galardón a Carmelo Anthony, Kareem calificó algunas de las acciones de LeBron como «vergonzosas» y «por debajo de él», pero al día siguiente mandó un correo al periódico Los Angeles Times para pedir perdón y matizar sus comentarios, señalando que su respeto y admiración por LeBron “no ha hecho más que crecer al verle defender causas que merecen la pena, al tiempo que mantiene su estatus de deportista de élite”, y añadiendo que en alguna ocasión lo ha reprendido por no defender y apoyar a la comunidad, pero que lo hizo “con el espíritu de un hermano mayor cariñoso que ofrece orientación”, por lo que cuando dijo que “había hecho algunas cosas de las que debería avergonzarse, no era un insulto, ni una puñalada, ni siquiera un movimiento de dedos, sino que estaba recapitulando algunas de las cosas que había dicho en el pasado”. Kareem se mostraba tajante al final: “LeBron es lo suficientemente fuerte y amable como para entender que sólo tengo amor por él en mi corazón”.

Parece, pues, que las aguas vuelven a su cauce. Cuando LeBron, posiblemente, termine superando a Abdul-Jabbar como máximo anotador de la historia, la NBA tendrá la foto que desea y los espectadores la reconciliación entre dos de los más grandes deportistas y activistas de su historia.
– Akaw Sports
EL NUEVO ALL-STAR GAME SE CONSOLIDA
El cambio de formato, implantado hace cinco temporadas y revisado hace tres, ha conseguido cambiar por completo la fisonomía de un partido que llevaba mucho tiempo decepcionando a los espectadores.
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Nos trasladamos al 11 de febrero pasado. En el programa NBA on TNT, LeBron James y Kevin Durant están escogiendo a los jugadores que formarán parte de sus equipos en el Partido de las Estrellas. La elección llega casi a su fin, quedan solo dos nombres en la lista: el pívot francés Rudy Gobert y James Harden. El turno de elección es para KD. Momento caliente: Harden acaba de salir de los Brooklyn Nets, equipo de Durant, por la puerta de atrás. Y empieza el show: LeBron se tapa la cara con la carpeta negra que tiene en la mano para que no le vean partirse literalmente de risa. Durant, para no tener que escoger a su excompañero, dice que “necesita altura” en su equipo para contrarrestar a Antetokounmpo y al propio LeBron, y elige a Gobert. James ya se ha descubierto la cara y sigue a carcajada limpia. KD continúa serio e impasible como una estatua de mármol. Y en el plató, Kenny Smith, Ernie Johnson, Shaquille O’Neal y Charles Barkley entran al juego, sobre todo este último. Cuando LeBron pregunta si Harden está sano, Barkley suelta esta perla: “¡Le han cambiado, ahora está sano!». En ese instante, hasta Durant se ríe. La elección ya está cerrada, y el espectáculo televisivo nos ha dejado una imagen icónica mucho antes de que el partido se dispute. Una escena representativa que demuestra que el All-Star Game y su nuevo formato, aprobado cinco años atrás y mejorado hace tres temporadas, es un acierto total.
LA PACHANGA DE 2017
El 19 de febrero de 2017, Nueva Orleans fue la sede del All-Star. Sería la última vez que veríamos a los equipos divididos por conferencias. Anthony Davis, estrella local, se fue a los 52 puntos, máxima anotación de la historia. Muchos de ellos los hizo con una oposición casi nula. El trote y la apatía defensiva permitieron llegar a los 374 puntos entre ambos equipos. Pero el colmo llegó en una jugada: con 104 a 101 para el Oeste, Giannis Antetokounmpo roba un balón, sale al contraataque y Stephen Curry se tumba en el suelo para dejarlo machacar a placer. La acción, cabe reconocerlo, fue graciosa, pero también se convirtió en la demostración más clara de la falta de competitividad. Se había tocado fondo.
2018: UN CAMBIO NECESARIO
En octubre de 2017, viendo en lo que se estaba convirtiendo el Partido de las Estrellas, la NBA y la asociación de jugadores (NBPA) anunciaron cambios en el formato. La división por conferencias daba paso a otro esquema, en el que los jugadores más votados del Este y del Oeste se convertían en capitanes de los respectivos equipos. Ellos serían los encargados de hacer un pequeño draft para elegir a los compañeros, todos ellos seleccionados según los criterios del método tradicional. LeBron James y Stephen Curry fueron los primeros capitanes, y Los Angeles fue la primera sede de este renovado All-Star Game. La victoria fue para el equipo de James por 148 a 145, en un partido que sí tuvo un mínimo de tensión y se resolvió de manera bastante emocionante. La edición de 2019, disputada en Charlotte, tuvo a LeBron y a Antetokounmpo como capitanes, y se resolvió a favor del primero. El griego y Curry, que habían ejemplificado la pachanga de 2017, estuvieron en el mismo equipo y protagonizaron un alley-oop contundente. Resultado abultado, 178 a 164, pero la emoción volvió a estar presente.
2020: EL CAMBIO DEFINITIVO
La trágica muerte de Kobe Bryant marcó totalmente el All-Star Game de 2020. En su honor, se decidió cambiar nuevamente las reglas del partido: se sumaban las anotaciones de los tres primeros cuartos, y al marcador más alto se le tenían que añadir 24 puntos, en referencia al número de la camiseta de Kobe. El equipo que llegara antes a esa cifra se hacía con la victoria. Una jugada maestra. Desde entonces se han disputado tres Partidos de las Estrellas más, y este aliciente ha servido para mejorar el espectáculo, siendo pocos los que ponen en tela de juicio el formato actual. En la última edición, disputada el 20 de febrero en Cleveland, LeBron —que ha sido capitán y ganador de las cinco ediciones disputadas hasta ahora, además de uno de los grandes artífices del éxito del nuevo formato— dio la victoria a su equipo con una canasta marca de la casa.
Dicen que, si una cosa funciona, mejor no tocarla. Esperemos que este formato, ya consolidado, dure muchos años más.