EL MÁS LISTO DEFENDIENDO
Marcus Smart ha sido elegido mejor defensor de la temporada regular en la NBA. Es el segundo base que lo consigue en toda la historia del galardón, que ha sido dominado de manera hegemónica por los pívots
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El pasado 19 de abril se vivió una mini fiesta en el Auerbach Center, el pabellón de entrenamiento de los Celtics. El coach de Boston, Ime Udoka, le daba un empujoncito a Marcus Smart para que entrara en la pista y se dejara querer por sus compañeros y por los trabajadores del club, que le recibieron con una sonora ovación. Acababa de ser nombrado mejor defensor de la liga regular. Allí le esperaba el mítico Gary Payton, que ostentaba hasta entonces el honor de ser el único base en ganar este galardón, en la temporada 1995-96. “El Guante” fue el encargado de entregarle el premio, un relevo simbólico que rompía con 25 temporadas sin ningún director de juego como mejor defensor de la liga.
Si echamos un vistazo a la lista de los Defensive Player of the Year a lo largo de la historia, vemos que está ampliamente dominada por los jugadores interiores. La espectacularidad de los tapones y de las acciones de corpulencia física otorga a los pívots una mayor posibilidad de ganar este premio. Pero, a veces, jugadores como Payton y Smart demuestran que los “pequeños” pueden tener un impacto igual o mayor a los gigantes de la pista.
LOS ESPECIALISTAS DEL ROBO
El premio se empezó a entregar en la temporada 1982-83, y desde entonces han sido 40 los trofeos otorgados. De ellos, 25 han recaído en manos de pívots puros (centers); 8 han ido a parar a escoltas/aleros (shooting guards/small forwards); 5 han sido para ala-pívots (power forwards); y solamente dos para bases (point guards), los casos de Payton y Smart ya comentados.
La hegemonía de los hombres altos es, pues, evidente, aunque sorprende que los primeros galardones fueran a parar, casi de manera íntegra, a jugadores de una talla menor. De los seis premios iniciales, cinco fueron para escoltas. La sorpresa deja de ser tan grande cuando vemos cuáles son esos nombres: Sidney Moncrief en dos ocasiones —los dos primeros premios otorgados—, Alvin Robertson, Michael Cooper y Michael Jordan. Los cuatro jugadores poseían una cualidad muy destacada: tenían una enorme facilidad para robar el balón. A ello, añadían una capacidad física que les permitía salir rápido al contraataque después del robo de pelota, provocando que su juego fuera muy vistoso y atractivo. El ejemplo paradigmático de la importancia de estos “carteristas” es el robo de Jordan a Malone en el definitivo partido de la final de 1998, considerada como una de las jugadas más icónicas de la historia de la NBA.
EL TAMAÑO IMPORTA
Además de los mencionados arriba, solamente otros dos jugadores exteriores se han colado hasta ahora en esta lista de mejores defensores: Metta World Peace —cuando todavía era Ron Artest— en la temporada 2003-2004, y Kawhi Leonard en dos ocasiones (2014-15 y 2015-16). Dennis Rodman, Kevin Garnett, Draymond Green y Giannis Antetokounmpo son los ala-pívots que forman parte de este selecto grupo.
A partir de aquí, todos los nombres son pívots puros y duros. Los más galardonados son Ben Wallace y Dikembe Mutombo, con cuatro trofeos. Y el único en conseguir el galardón durante tres temporadas consecutivas fue Dwight Howard. Aunque la mayoría de los ganadores son de nacionalidad estadounidense, ha habido varios premios a jugadores internacionales: los mencionados Mutombo y Antetokounmpo, Hakeem Olajuwon, Marc Gasol, Joakim Noah y Rudy Gobert.
La media de altura de todos los pívots de la lista es de 2 metros y 13 centímetros: en esta ocasión, el tamaño cuenta, y mucho. Y la capacidad para poner tapones, por supuesto. Sirva como ejemplo paradigmático el célebre Not in my house de Dikembe Mutombo, cuando el pívot congoleño hacía el signo de negar con el dedo índice después de colocar un buen gorro al rival. Un gesto que muchos imitaron posteriormente, pero sin duda el mejor en replicarlo fue Michael Jordan, cuando machacó en la cara de Mutombo y le devolvió su propio signo para vengarse de las palabras del pívot, que se había vanagloriado de no haber permitido nunca un mate de Air Jordan en su presencia. Un “pique” entre integrantes del selecto grupo de defensores del año. Una de esas historias que hacen tan grande a la NBA.
– Akaw Sports